Cuando un propietario llega a la peluquería con su mascota, la recepcionista le explica amablemente que la limpieza de oídos está incluida en el kit de cuidados. Y a menudo se oye la frase: «¡Vaya, están limpias! Casi suena orgulloso: digamos que cuido al perro, todo va bien. ¿Pero está todo realmente bien? ¿Y qué vemos realmente cuando sólo miramos al oído del animal? Que parezca limpio no significa que esté limpio por dentro, y desde luego no significa que no haya problemas que se desarrollen lenta e inadvertidamente. Aquí empieza la diferencia entre los cuidados caseros y los profesionales. Veámoslo más de cerca: ¿realmente necesitas limpiar las orejas de tu perro o gato si, a primera vista, parecen perfectas?
La limpieza visual es sólo la punta del iceberg
Aunque las orejas parezcan limpias por fuera, esto no dice nada de lo que ocurre en el interior del conducto auditivo. En muchas razas de perros y gatos (sobre todo los que tienen las orejas caídas o demasiado apretadas), la circulación del aire es deficiente, la humedad queda atrapada y el cerumen se acumula en el interior. A veces, el propietario ni siquiera se da cuenta de que ya se está desarrollando un hongo o una inflamación bacteriana en el interior: no hay olor evidente, ni enrojecimiento, sólo un «oído limpio» que nadie revisa regularmente. La ausencia de suciedad en la entrada no es un indicador de salud. Es sólo una ilusión superficial de limpieza.
Limpieza profesional de las orejas para prevenir
Cuando nuestros peluqueros limpian las orejas durante el acicalamiento, también comprueban el estado de la piel del interior de la oreja, mirando de cerca para ver si hay algún signo inicial de inflamación, hongos o ácaros del oído. Si el peluquero ve líquido, un color inusual de la cera, costras secas o microrrojeces, es una señal que el propietario puede haber pasado por alto. Y gracias a este paso rutinario aparentemente insignificante, muchos animales reciben ayuda rápidamente, antes de que la situación se vuelva crónica o dolorosa.
Los animales no te dirán que les pica, que se cocinan o que tienen prisa. Simplemente se rascan, a veces se frotan la cabeza contra los muebles o simplemente se ponen más nerviosos. Pero mientras no haya olor o ennegrecimiento evidentes, la mayoría de los dueños no le dan importancia. Mientras tanto, puede que ya esté en marcha un proceso inflamatorio en la oreja. Esto es especialmente cierto en las colas que se bañan o pasean bajo la lluvia: la humedad y el calor crean las condiciones ideales para que se multipliquen las bacterias. Aunque las orejas parezcan limpias, pueden estar llenas de amenazas invisibles.
Nuestra responsabilidad no es «limpiarlas», sino mantenerlas a salvo.
El acicalamiento no es sólo el resultado: un bonito corte de pelo o un pelaje brillante. La salud y la comodidad del animal son más importantes. Por eso nunca nos saltamos las orejas, aunque parezcan perfectas. Porque no trabajamos «por una garrapata». Nuestros peluqueros entienden la anatomía, saben dónde pueden acechar los problemas, y siempre proceden con cuidado, sin dolor, sin preocupaciones. Y lo mejor que puede hacer un propietario es confiar este procedimiento a alguien que realmente lo entienda.
Conclusión
La limpieza de las orejas es una parte esencial de su cuidado. Aunque los oídos parezcan limpios, en el fondo puede haber restos de cera, microorganismos, humedad u otros factores que, con el tiempo, provocan enfermedades. En V.O.G DOG SALON, siempre incluimos la limpieza de oídos en el paquete porque nos importa de verdad. Y si decimos que hay que limpiar las orejas, es por la salud de tu propia mascota.