Se considera que los perros y los gatos son animales extremadamente móviles a los que les gusta jugar y expresar sus emociones mediante el movimiento activo. Los perros suelen correr y saltar, y los gatos conquistan nuevas alturas, lo que les expone al riesgo de sufrir lesiones e incluso fracturas. A veces, incluso con una desafortunada caída de una mesa o de las manos del dueño, un animal puede romperse una extremidad. Esto es especialmente cierto en el caso de gatitos y cachorros o perros de razas pequeñas, como el Yorkshire Terrier, el Toy Terrier y el Chihuahua. Es importante recordar que los traumatismos y las fracturas no son fáciles de reconocer de inmediato, ya que algunos animales pueden parecer exteriormente muy tranquilos, aunque sientan dolor.
Para evitar posibles complicaciones, debes saber cómo identificar una pata fracturada en tu mascota. Y ante la menor sospecha de traumatismo en el animal, debes acudir inmediatamente al veterinario.
Síntomas de una fractura de pata
Un signo evidente de traumatismo en una mascota es un comportamiento poco característico. El gato o perro intenta buscar un lugar aislado en la casa, no responde al afecto del dueño y a veces se comporta de forma muy agresiva. Con síntomas como cojera, rechazo a apoyarse en la extremidad anterior o posterior, dolor al examinar la pata o emisión de ruidos poco característicos del perro o el gato, es necesario llevar al animal al veterinario. Éste podrá identificar la causa de la afección y, si es necesario, diagnosticar una pata agrietada o fracturada con ayuda de una radiografía.
El propietario debe ser alertado por signos como una forma irregular de la extremidad del animal, lamido de la pata lesionada e hinchazón o hematoma. De hecho, una fractura de pata en un gato o un perro puede ser no sólo traumática, sino también patológica, lo que significa que puede producirse como consecuencia de raquitismo en animales jóvenes o de un tumor óseo en animales mayores. En estos casos, el tratamiento consiste no sólo en inmovilizar (inmovilizar) la extremidad, sino también en eliminar la causa fundamental.
Si la lesión de una mascota es consecuencia de una caída desde una ventana, una pelea o un accidente de tráfico, además de las luxaciones y fracturas, el estado general del animal puede ser muy grave debido a posibles contusiones de órganos internos. Por eso, en estos casos es necesaria la hospitalización inmediata en una clínica veterinaria.
Causas de las fracturas de miembros
Las mascotas suelen lesionarse en casa debido a su curiosidad y movilidad naturales. Sin embargo, algunas causas de fracturas son más frecuentes en gatos que en perros, y viceversa.
Las causas más frecuentes de fracturas de patas en los gatos son las siguientes:
- caídas de altura
- traumatismos accidentales
- aprisionamiento de una extremidad en una ventana o puerta de balcón
- lesiones causadas por otros animales.
La mayoría de las veces, los perros pueden resultar gravemente heridos en estos casos:
- al salir a pasear, durante un juego activo
- al caer desde una altura, aunque sea pequeña para las razas miniatura,
- durante pruebas deportivas,
- debido a la alteración del metabolismo del calcio y el fósforo en los cachorros (hiperparatiroidismo) como consecuencia de una dieta desequilibrada,
- debido a un cáncer óseo (osteosarcoma).
Es importante tener en cuenta que, tras una lesión, el animal siente miedo además de dolor. Por eso es muy importante que el propietario sepa calmarlo e inmovilizarlo con una toalla grande o una manta. No intentes entablillar tú mismo a tu mascota, sino busca ayuda inmediata de un veterinario cualificado.
Primeros auxilios
La principal tarea del propietario de una mascota en caso de fractura es intentar reducir el dolor, evitar la infección y el riesgo de futuros traumatismos. Esto puede hacerse restringiendo el movimiento, pero nunca anestesies a tu mascota, pues podría impedir que el especialista hiciera un diagnóstico correcto.
En su lugar, sigue las recomendaciones de tu veterinario:
- no obligues a tu mascota herida a tumbarse, pues puede resultarle más fácil soportar el dolor estando de pie;
- ponle un bozal a tu perro, pues el intenso dolor puede hacer que se vuelva agresivo e intente morder;
- no intentes devolver tú mismo los fragmentos óseos rotos a su posición correcta;
- no lo trates en casa;
- Cubre el lugar de la fractura abierta con una gasa humedecida con solución fisiológica de cloruro sódico al 0,9%;
- llama a un veterinario en casa o mete al animal en una jaula (caja) de transporte y llévalo a la clínica.
Tratamiento de la fractura
Para elegir un método eficaz de tratamiento de una fractura, el veterinario tiene en cuenta factores como el tipo de fractura, la edad, el tamaño y el estado del perro o gato, así como su condición física. Básicamente, la cirugía se realiza cuando el shock, el dolor y la pérdida de sangre del animal se controlan satisfactoriamente con medicación. El animal pasa todo el periodo anterior y posterior a la operación en una unidad hospitalaria.
No se utilizan vendas de yeso para el tratamiento de las fracturas de patas en gatos y perros debido a su ineficacia para garantizar la inmovilidad de las extremidades de estos animales. En su lugar, la cirugía se lleva a cabo utilizando diversas estructuras metálicas (internas y externas): radios, clavos o placas. Sea cual sea la gravedad de la lesión, el veterinario recomendará al animal un periodo de reposo absoluto. Deben evitarse los juegos activos y la movilidad excesiva. El animal también deberá tomar analgésicos y medicación antibacteriana.
Se realizará una nueva radiografía para determinar el estado de curación de la fractura, normalmente un mes después de la operación. Durante la cita en la clínica, el médico también determinará cuánto tiempo más tendrá que caminar el perro o gato con una estructura metálica. Si no hay complicaciones, se puede retirar.
Cuidados durante la curación de la fractura
Recuerda que la sutura o el dispositivo de fijación externa deben estar secos y limpios. Si observas enrojecimiento, secreción de sangre o pus, u olores desagradables, no dudes en acudir al veterinario. No olvides que tu mascota no debe lamerse la herida, así que asegúrate de utilizar un collar protector. Y mantén a tu mascota con la medicación prescrita por el médico.
También es aconsejable seguir los consejos de un veterinario:
- limitar la movilidad de tu mascota: en este caso, es mejor utilizar una jaula;
- cambia la dieta del animal, es decir, reduce su contenido calórico para que no engorde;
- proporcionar al animal un acceso cómodo a la comida y al agua, alimentándolo a tiempo;
- añadir a la dieta habitual del animal suplementos minerales y vitamínicos que contengan calcio para restaurar el tejido óseo.
Ten en cuenta que una fractura no es un simple hematoma, sino una lesión grave que, sin intervención quirúrgica, puede provocar una mala fusión del hueso, la cojera permanente del animal debido a los cambios en la longitud de la pata, e incluso la incapacidad para utilizar esa extremidad. Además, la ausencia de asistencia veterinaria puede provocar el desarrollo de infecciones y, en casos complicados, incluso necrosis tisular.
Recuperación de una fractura
El animal puede cojear durante algún tiempo después de que se haya curado la fractura. En este caso no hay que alarmarse. El hecho es que el hueso de un perro o un gato sólo se cura por completo al cabo de 6 a 12 semanas, y durante el periodo de recuperación el animal suele ocuparse de la extremidad lesionada y no la utiliza en todo su potencial. Sólo entre 14 y 20 días después de la lesión podrá el animal dar paseos cortos de 10 a 15 minutos. En ese momento, el veterinario rehabilitador prescribirá un programa de fisioterapia, que aumentará la probabilidad de una rápida recuperación de la movilidad y la función de la pata lesionada. Suele incluir ejercicios activos y pasivos, masajes y ultrasonidos. La recuperación completa depende del estado de salud inicial del animal y de su edad, así como del cumplimiento de las recomendaciones por parte del propietario.
La rehabilitación especializada suele ser la única forma de aumentar la eficacia de la terapia prescrita y acelerar la recuperación del animal de la fractura. Por tanto, conviene recordar que todas las medidas que tome el propietario de un gato o perro traumatizado deben coordinarse con el veterinario.