Muchos dueños se preguntan si deben dejar comida en el cuenco de su gato para que coma cuando quiera, o si es mejor seguir un programa estricto de alimentación. A primera vista, parece que dejar la comida cerca facilita la vida tanto al dueño como a la mascota. Pero la respuesta a esta pregunta no es tan inequívoca y depende en gran medida del tipo de comida que le des: seca o húmeda. Cada uno tiene sus propias normas de conservación, efectos particulares sobre el organismo e incluso distintos riesgos para la salud del gato.
Comida seca
Los dueños de gatos a menudo practican lo que se conoce como «alimentación libre», es decir, que tienen a su disposición un cuenco de comida seca durante todo el día. Este enfoque tiene sus ventajas: el gato regula su propio apetito, no está atado a un reloj preciso y es cómodo para el dueño, ya que no necesita controlar constantemente el horario. La comida seca tiene la ventaja de no estropearse tan rápidamente como la húmeda, y puede permanecer en el cuenco durante horas. Pero ahí radica el riesgo: no todos los gatos son capaces de controlar la cantidad que comen. Para los animales poco activos o con tendencia a comer en exceso y volverse obesos, el acceso constante a la comida puede ser un problema. Además, la comida abierta absorbe la humedad y los olores, lo que hace que pierda gradualmente su sabor y a veces incluso su atractivo para el animal. Por eso los veterinarios aconsejan las «raciones medidas»: es mejor dar a tu gato la cantidad de comida que debe ingerir en 6 u 8 horas, en vez de mantener un cuenco lleno todo el tiempo.
Comida húmeda
La situación es completamente distinta con la comida húmeda. Se estropea rápidamente, sobre todo en habitaciones cálidas, y es peligroso dejarla demasiado tiempo en el cuenco. Al cabo de unas horas, la comida enlatada, los patés o los trozos en salsa pueden convertirse en un caldo de cultivo para las bacterias, y provocar problemas digestivos. Si el gato no se ha terminado su ración, lo mejor es retirar las sobras y guardarlas en la nevera (durante no más de 24 horas), y ofrecerle comida fresca la próxima vez. Lo ideal es dividir el bote o la bolsa en varias raciones y ofrecérselas a determinadas horas del día. Este planteamiento no sólo evitará problemas estomacales, sino que también ayudará a tu gato a desarrollar hábitos alimentarios saludables.
Conclusión
Dejar comida en el cuenco del gato es aceptable, pero todo depende del tipo de comida. La comida seca permite esta práctica si el propietario controla la cantidad y no permite una sobrealimentación constante. La comida húmeda no debe dejarse: debe estar fresca para que sea beneficiosa y no perjudicial. Lo importante es recordar que incluso los detalles más pequeños de la alimentación afectan a la salud de tu cola de caballo.