Tener tu primer gato es una experiencia que te cambia la vida. Te proporciona nuevas emociones, responsabilidad y la experiencia diaria de comunicarte con una criatura que sabe cómo amar y sorprender. Pero la elección correcta es especialmente importante en este caso: los gatos difieren en su carácter, necesidades y nivel de cuidados, y esto determina lo cómoda que será vuestra vida juntos.
El carácter y el estilo de vida del gato
Para un recién llegado, el criterio principal no es la belleza, sino el carácter. Algunos gatos son independientes, otros hiperactivos, otros muy «habladores», y no todo el mundo puede soportar un temperamento así. A los principiantes les conviene elegir animales equilibrados, tranquilos y cariñosos, que se adapten fácilmente al ritmo de vida de su dueño. Los gatos así rara vez causan problemas: no te despertarán a las tres de la mañana, no exigirán juegos interminables ni tendrán rabietas cuando se queden solos. Esto no significa que sean indiferentes: simplemente saben mantener un equilibrio entre el amor por los humanos y su propia independencia.
Cuidado y sentido práctico
El segundo aspecto que a menudo subestiman los recién llegados es el aseo. Algunas razas son preciosas, pero requieren peinado diario, alimentación especializada y atención constante. Si es la primera vez que adquieres un gato, esto puede convertirse rápidamente en una carga. Así que es mejor prestar atención a los que no necesitan cuidados complejos. Los gatos de pelo corto o mestizos suelen ser mucho más fáciles de llevar: menos pelo en casa, menos tiempo para la higiene, menos riesgo de cometer errores. Esto no los hace menos bonitos o valiosos; al contrario, para un principiante, esta opción le permite disfrutar de la socialización en lugar de pasar horas peinándolos y bañándolos.
Las mejores opciones para principiantes
Y aquí es donde entra lo más importante. Si hablamos de las razas tradicionalmente recomendadas para principiantes, nos referimos a los Británicos, los Ragdoll y los Maine Coon. Los Británicos de pelo corto son auténticos caballeros: tranquilos, no conflictivos, autosuficientes. Son ideales para los que se inician en el mundo de los gatos, ya que no provocarán el caos en casa, pero siempre estarán cerca. Los Ragdoll, en cambio, están como creados para los mimos. Se relajan literalmente en las manos de su dueño, dando una sensación de calma y confort. Para alguien que adquiere un gato por primera vez, es una experiencia inestimable de ternura y confianza. Los Maine Coon sorprenden por su tamaño, pero en realidad son gigantes bondadosos que se llevan bien con la gente y mantienen la calma incluso en familias difíciles.
Pero la opción más universal y al mismo tiempo especial son los gatos mestizos. A menudo se piensa en ellos como «simples», pero en realidad son los más sorprendentes. Su carácter puede ser absolutamente diferente: alguien cariñoso y tranquilo, alguien juguetón y divertido, alguien sabio y observador. No tienen pedigrí, pero poseen una asombrosa capacidad de adaptación, de encontrar un lenguaje común con su dueño y de convertirse en verdaderos amigos. Son gatos como éstos, rescatados de la calle o acogidos por un refugio, los que a menudo resultan ser los más agradecidos y leales. Y para un principiante, ésta puede ser la mejor opción: al fin y al cabo, no sólo estarás adquiriendo una mascota, también le estarás dando a alguien la oportunidad de una vida feliz.