Por qué los gatos mueven la cola tan a menudo: la naturaleza de las señales felinas.

Para un gato, la cola es una auténtica herramienta de comunicación, equilibrio e incluso caza. En estado salvaje, la cola sirve de «timón» para mantener el equilibrio al saltar y se convierte en un poderoso medio de comunicación no verbal. En los gatos salvajes, se utiliza para comunicarse con los amigos íntimos y la familia, para señalar el estado emocional y las intenciones, para advertir del peligro o, por el contrario, para mostrar amabilidad. A pesar de su independencia, los gatos domésticos han conservado este lenguaje polifacético de la cola, utilizándolo también para comunicarse con los humanos.

La supervivencia de un gato siempre ha dependido de su capacidad para evitar conflictos, demostrar su fuerza o, por el contrario, su voluntad de coexistir. Como los gatos no pueden hablar el lenguaje humano, los movimientos de la cola se han convertido en su medio de transmitir emociones: de la alegría al miedo, de la curiosidad a la agresividad. Para un gato, la cola es como un «lenguaje» en sí mismo, comprendido por todos los felinos y, mediante la observación, incluso por los que sólo viven entre humanos. Así que, observando la cola del animal, puedes intuir y comprender lo que el gato está pensando y lo que va a hacer a continuación. Es este lenguaje universal el que ayuda a evitar muchos malentendidos, advierte del peligro y ayuda a establecer una relación de confianza entre el gato y su dueño.

Curiosamente, distintas razas e incluso individuos pueden tener sus propios matices del lenguaje de la cola: en algún sitio la cola es más corta, en otro muy esponjosa, pero lo esencial sigue siendo lo mismo: la cola es el principal indicador emocional en el mundo felino.

Las principales emociones se encuentran en la cola:

  • Una cola levantada
    Indica confianza, amabilidad y buen humor. El gato saluda a su dueño o se siente seguro.

  • Cola levantada y agitada
    Una verdadera demostración de placer o alegría. El gato está excitado o marcando su territorio.

  • Cola enroscada alrededor de las patas o el torso
    Señal de calma, comodidad y relajación. Lugar favorito para descansar y dormir.

  • Cola hacia abajo o entre las patas
    Señal de miedo, ansiedad e incomodidad. El gato está tenso y estresado.

  • Cola erizada, peluda
    Estado de miedo o agresividad. El gato intenta parecer más grande para protegerse de una amenaza.

  • Meneo repentino o agitación de la cola.
    Irritación, frustración o agresividad. Es mejor dejar descansar al gato.

  • Meneo regular de la cola (movimiento de ganso).
    El gato está interesado, atento, va a cazar o a jugar.

  • Cola arqueada, punta en forma de gancho.
    Indecisión, espera una reacción o respuesta del dueño o de otro animal.

  • Micromovimientos de la cola, ligeras vibraciones.
    Confort total, quedarse dormido, relajación profunda.

¿La cola siempre dice la verdad?

No todos los movimientos de la cola tienen una interpretación inequívoca. Incluso los dueños experimentados pueden a menudo malinterpretar las intenciones de una mascota si sólo prestan atención a su cola. Por ejemplo, un movimiento rápido de la cola puede ser una señal de juego y una advertencia de irritación: la única diferencia es la velocidad del movimiento, el estado general del gato y las señales que lo acompañan.

Recuerda que la cola es sólo una parte del sistema de lenguaje corporal felino. Para una «traducción» precisa, debes tener en cuenta la posición de las orejas, los ojos, incluso el cuerpo y las patas, el estado de ánimo previo de la Mascota, el tipo de situación, hacia quién dirige el gato su señal (hacia otro gato, un perro o una persona). Algunos gatos son más reservados por naturaleza: pueden ser menos propensos a mostrar una emoción abierta a través de la cola. Otros, en cambio, les «hablarán» activamente, por lo que incluso una ligera sacudida es una señal importante.

Es importante aprender a percibir el lenguaje felino de forma compleja: observa al gato en distintas situaciones, compara los movimientos de la cola con los acontecimientos circundantes, presta atención a los cambios de comportamiento, y rápidamente empezarás a comprender cuándo el gato está de buen humor, cuándo está ansioso y cuándo está dispuesto a jugar o a ofenderse.