¿Es normal y qué debo hacer?

Instinto maternal

Tras el nacimiento de los gatitos, el comportamiento de la gata parece sobreprotector: se tumba constantemente junto a los bebés, los lame, les da calor y controla todos sus movimientos. Este comportamiento es completamente natural. Los primeros días de vida de un gatito son los más importantes, ya que aún no son capaces de regular su propia temperatura corporal, no pueden ir al baño solos y dependen al 100% de su madre. Lamerse les mantiene limpios y estimula sus sistemas respiratorio y digestivo. Por tanto, el comportamiento atento de un gato es una respuesta totalmente apropiada. Hay que preocuparse si ocurre lo contrario: si la gata no pasa mucho tiempo con sus crías.

¿Por qué ni siquiera come ni hace sus necesidades?

Durante los 2 ó 3 primeros días tras el parto, la madre apenas puede separarse de los gatitos. Teme que los bebés se congelen o se despatarren, por lo que incluso sus propias necesidades pasan a un segundo plano. A menudo, las gatas se niegan a comer o comen muy poco, porque todo su cuerpo está concentrado en la lactancia y el cuidado de sus crías. Es más, en las primeras horas tras el parto, la gata puede comer la camada, y esto le proporciona nutrientes, por lo que no tiene hambre de inmediato. Es importante entenderlo: esto es normal, y generalmente, al cabo de unos días, empezará a salir unos minutos para comer o hacer sus necesidades.

Lo que tiene que hacer el dueño

Tu principal tarea es crear un entorno cómodo. Pon un cuenco con agua y comida justo al lado del nido para que el gato no tenga que ir lejos. También es buena idea poner la caja de arena cerca, pero de forma que el olor no le moleste. Si el gato se niega por completo a comer durante más de un día, es necesario consultar a un veterinario, ya que esto puede indicar problemas tras el parto. En la mayoría de los casos, no debes preocuparte: dale tiempo para que se adapte a su nuevo papel de madre, y en unos días empezará a dejar a los gatitos, aunque sea por periodos muy cortos.