¿Por qué se rompen o caen los bigotes en los gatos?

Los bigotes (vibrisas) son los órganos sensoriales extremadamente sensibles del gato, que le ayudan a orientarse, a percibir su entorno e incluso a calibrar la anchura de sus conductos. Su debilitamiento o pérdida puede ser un proceso natural, como la caída del pelo durante la muda. Sin embargo, la pérdida o rotura excesiva de bigotes es señal de problemas: mala alimentación, carencias de vitaminas y minerales, reacciones alérgicas, infecciones fúngicas o bacterianas, estrés o daños mecánicos (por ejemplo, al jugar con otros animales).

¿Cuándo es peligroso que un gato pierda las almohadillas de los bigotes?

Es normal que un gato pierda ocasionalmente algunos bigotes, que vuelven a crecer con el tiempo. Hay motivo de preocupación cuando los bigotes se caen en masa, se rompen por la base o se vuelven muy quebradizos. Los picores, el enrojecimiento de la piel, las calvas en el hocico, la disminución del apetito o el letargo también son signos alarmantes. En este caso, merece la pena visitar a un veterinario, ya que el problema puede indicar enfermedades dermatológicas, parásitos, una infección fúngica o trastornos metabólicos graves.

¿Qué puede hacer el propietario y cómo se puede ayudar al gato?

En primer lugar, debes proporcionar a tu gato una dieta equilibrada, rica en proteínas, ácidos grasos omega, vitaminas A, E y vitaminas del grupo B. En segundo lugar, conviene eliminar el contacto con posibles alérgenos: productos de limpieza nuevos, polvo, rellenos baratos de la cama o comida de mala calidad. Si la pérdida está asociada al estrés, al gato le ayudará un ambiente tranquilo, juegos y la atención del dueño. Si se confirman infecciones fúngicas o bacterianas, el veterinario prescribirá un tratamiento especial: desde pomadas y champús hasta terapia farmacológica. Es importante que no recortes ni arranques tú mismo los bigotes: volverán a crecer, pero el procedimiento sólo perjudicará al animal.

Conclusión

La pérdida o fragilidad de los bigotes de un gato puede ser tanto un fenómeno natural normal como un signo de problemas graves de salud. Lo más importante es la atención del propietario, una alimentación adecuada y la consulta oportuna a un veterinario. El cuidado y el control ayudarán a tu gato a mantener no sólo un aspecto hermoso, sino también una sensación de confianza en el mundo, que «ve» a través de sus vibrisas.