Todos recordamos, de nuestra infancia, el dibujo animado «Bambi», en el que el gracioso conejo Topotun da golpecitos con la pata de forma simpática y rítmica. En su momento, nos pareció un momento increíblemente divertido que provocaba carcajadas. Pero ahora que hemos crecido y tenemos nuestros propios conejos ornamentales, nos parece un gesto muy distinto. De repente, la bolita de pelo que está en la jaula o en el suelo empieza a golpear sonoramente su pata trasera contra el suelo, y ya no es cosa de risa. ¿Por qué hace esto? ¿O es una señal de miedo? ¿Deberíamos preocuparnos? Entendámoslo desde un punto de vista científico.

El lenguaje corporal de los conejos

Los conejos no pueden hablar, pero su lenguaje corporal es muy rico. Una de las señales más expresivas es la pata trasera. En la naturaleza, es una forma de advertir del peligro a los demás miembros de la manada. Un conejo que se siente amenazado golpea el suelo con la pata, produciendo un sonido característico. Es un poco como una «llamada de alarma»: dice «¡Cuidado! ¡El peligro está cerca! En condiciones domésticas, este instinto no ha desaparecido, incluso las razas decorativas lo conservan.

Las principales razones por las que los conejos dan pisotones

  1. Miedo y ansiedad
    La razón más común. Un conejo puede empezar a dar zarpazos si oye un sonido agudo, siente una vibración, ve a otro animal o incluso a un extraño. Es su forma de decir «tengo miedo».

  2. Descontento o protesta
    Los conejos ornamentales son criaturas bastante inusuales. Pueden darse un golpe en las patas cuando los coges a la fuerza, los mueves de jaula o les privas de sus golosinas favoritas. No es tanto miedo como un «gruñido» a su estilo.

  3. Dolor o malestar
    Si el manoseo se vuelve regular y sin motivo aparente, puede ser un signo de dolor o enfermedad internos. Los conejos tienden a ocultar sus debilidades, pero a veces al dar zarpazos intentan llamar la atención.

  4. Soledad o estrés
    En la naturaleza, el zarpazo tiene una función social: alerta a los demás. Si tu conejo se siente solo, puede «tocar la bocina al vacío» porque es instintivo. También ocurre en condiciones de estrés: durante reformas, mudanzas o cambios en la casa.

¿Es un problema?

No siempre. Si el golpeteo de la pata se produce ocasionalmente y en situaciones concretas (un sonido agudo, la aparición de un gato o un perro, voces fuertes), es una reacción natural que no debería molestar. Pero si se convierte en algo sistemático, merece la pena examinarlo más de cerca. Los golpes frecuentes sin motivo evidente pueden ser un signo de estrés crónico, dolor o incluso problemas de salud.

Qué debe hacer el propietario

  • Calmar al conejo. Si está asustado, acércate despacio, háblale con suavidad y hazle saber que no hay peligro.

  • Evita los ruidos demasiado fuertes. La televisión a todo volumen, el ruido de los muebles o los llantos fuertes son factores que pueden desencadenar una reacción.

  • Comprueba las condiciones de alojamiento. Una jaula estrecha, la falta de juguetes o de refugio son factores de estrés para tu conejo. Necesita espacio y un lugar acogedor donde sentirse seguro.

  • Observa el comportamiento. Si los golpes van acompañados de letargo, rechazo a comer o agresividad, merece la pena ponerse en contacto con un veterinario.

  • Socialización y afecto. Los conejos son animales de compañía. El tiempo que pasan cerca de su dueño, las caricias y la socialización afectuosa suelen aliviar su ansiedad.

Conclusión

En los dibujos animados infantiles nos hemos reído de este gesto, pero en la vida real significa miedo, protesta o dolor. Es una forma natural de comunicación establecida por la propia naturaleza. El dueño debe observarlo con atención y reaccionar adecuadamente. Si entiendes el motivo y creas un entorno cómodo para el conejo, se sentirá feliz y tranquilo, y el zarpazo no será más que un raro recuerdo de sus instintos.