Una forma natural de comunicarse
Lamer es una de las formas de comunicación más antiguas de los perros. Incluso los cachorros jóvenes lamen instintivamente la cara de su madre para indicar que tienen hambre o necesitan atención. En la edad adulta, este gesto persiste y se convierte en un lenguaje de cortesía y afecto. Cuando un perro lame las manos o la cara de su dueño, está expresando afecto y confianza. También puede ser una demostración de sumisión: en las manadas de lobos, los más jóvenes lamen a los mayores, reconociendo así su autoridad. Por eso, cuando tu perro se comporta así, no sólo está demostrando su afecto, sino también su lealtad.
Signo de estrés o ansiedad
Lamerse con frecuencia los labios, la nariz o las patas suele ser un signo de ansiedad interna. Los perros, como los humanos, tienen su propia forma de afrontar la ansiedad. Para ellos, puede ser el acto monótono de lamerse. En un entorno nuevo, al encontrarse con extraños o visitar al veterinario, el perro puede empezar a hacerlo más a menudo. Está intentando calmarse, aliviar la tensión y distraerse del estímulo. Si el dueño observa este comportamiento, merece la pena prestar más atención al animal: acariciarlo, distraerlo con juegos u ofrecerle un entorno tranquilo.
Problemas de salud
Ten en cuenta que el lamido excesivo y compulsivo suele ser un signo de problemas médicos. Podría tratarse de una reacción alérgica a alimentos o productos domésticos, irritación por pulgas o ácaros, una infección fúngica o incluso dolor en las articulaciones o los órganos internos. Los perros no pueden expresar con palabras dónde les duele y, en cambio, se concentran en lamerse una zona concreta del cuerpo. Si las patas o los flancos de un perro se enrojecen, forman llagas o empiezan a desprenderse, es una señal grave que requiere la atención de un veterinario.
El aburrimiento y la necesidad de empleo
Otra causa frecuente es el aburrimiento ordinario. Cuando a un perro le falta actividad física o juego inteligente, empieza a pensar en cosas que hacer. Estas actividades suelen ser repetitivas: morder los muebles, escarbar el suelo o lamerse las patas sin cesar. Para el animal, es una forma de liberar la energía acumulada. Si tu mascota pasa mucho tiempo sola y no da suficientes paseos, puede desarrollar el hábito de lamerse constantemente. Los paseos largos, los juguetes interactivos y la socialización activa con el dueño pueden ayudar a resolver este problema.
Conclusión
Los perros se lamen por diversos motivos, cada uno con un significado diferente. Puede ser una demostración de amor y confianza, una señal de estrés, un síntoma de enfermedad o simplemente un signo de aburrimiento. La principal tarea del propietario es observar atentamente el comportamiento y analizar la situación. Si el lamido se vuelve compulsivo o perjudicial para la salud del perro, merece la pena ponerse en contacto con un veterinario. En la vida cotidiana, recuerda que lamerse es otra forma que tiene el perro de intentar comunicarse con su dueño.