En muchas familias, un perro o un gato se convierte en un miembro de pleno derecho de la familia. Sus dueños los quieren y los cuidan como si fueran suyos, porque los animales de cuatro patas no pueden hablar de sus penas y problemas: cuando se sienten mal o algo les hace daño. A veces, una mascota sana y juguetona puede traumatizarse, y hay que tener cuidado para ayudarla a tiempo. Lee nuestro artículo para saber qué es una pata rota en un gato o un perro, y qué hacer al respecto.
Las mascotas llevan una vida activa y a veces sufren diversas lesiones. Las fracturas de las extremidades afectan sobre todo a los animales pequeños, principalmente a las razas decorativas criadas artificialmente. Con la selección de nuevas razas, la salud de los animales se debilita, los huesos pierden solidez y se vuelven más vulnerables a las lesiones: accidentes de tráfico, caídas o saltos incluso desde poca altura, juegos activos, peleas. Tanto los perros como los gatos pueden romperse una pata saltando de las manos de su dueño, de una silla o de un sofá. A veces, cuando Tails sale a pasear solo, puede lesionarse cayendo bajo las ruedas de un medio de transporte o en manos de cazadores de perros, o peleándose con otro animal.
¿Cómo sé si mi mascota tiene una fractura?
Algunas razas son muy juguetonas e hiperactivas, y su inquietud a veces provoca lesiones y fracturas de patas. Pero en el caso de algunos animales, es posible que no notes la lesión inmediatamente, porque nuestras mascotas permanecen tranquilas y toleran el dolor. Un propietario atento notará cojera, hinchazón, una posición antinatural de la pata: son pruebas de un traumatismo en la extremidad. Una pata fracturada va acompañada de restricción de movimientos, sensaciones dolorosas, respiración pesada debido al dolor, fiebre y comportamiento agresivo. El animal pierde su actividad física, busca un lugar aislado, lame o muerde la pata dañada. Un perro puede gemir o incluso aullar si se toca el lugar de la fractura, pero un gato generalmente permanece en silencio y tolera el dolor.
La fractura puede ser abierta, en la que están dañados tanto los huesos como la piel del animal. Una fractura de este tipo va acompañada de hemorragia y riesgo de infección. Es importante ayudar a tiempo: calmar al animal, detener la hemorragia, tratar la herida, aplicar un vendaje, inmovilizar la extremidad del animal.
Una fractura cerrada sin desplazamiento no puede determinarse inmediatamente, y se perderá tiempo en tratar y rehabilitar al animal. Durante un tiempo, el animal podrá incluso moverse, apoyándose en la pata lesionada. En caso de fractura cerrada con desplazamiento, aparecerá hinchazón y el animal no podrá apoyarse en la pata ni siquiera caminar.
Los primeros auxilios en casa consisten en mantener al animal herido en reposo. La pata herida debe fijarse tal como está, sin intentar alinearla ni colocarla en su posición habitual. Si la herida está abierta, hay que intentar detener la hemorragia con una gasa o un vendaje (no debe utilizarse algodón), y llevar a Colas al veterinario lo antes posible. No es necesario administrar fármacos anestésicos al animal, para no provocar una intoxicación por elegir el medicamento equivocado y para no impedir que el médico haga un diagnóstico preciso durante el examen. Tratar a un perro o gato solo en casa no merece la pena e incluso es peligroso. El autotratamiento de la fractura de la pata de una mascota puede provocar complicaciones y mutilaciones.
Tratamiento en una clínica veterinaria
En la clínica veterinaria, el médico diagnosticará la lesión mediante radiografías digitales y ecógrafos. El veterinario determinará la complejidad de la lesión y elegirá el mejor método de tratamiento individualizado para tu cola de caballo, de modo que tu mascota pueda volver a una vida normal lo antes posible. El diagnóstico es necesario para determinar el método de tratamiento más eficaz para la fractura: puede consistir en fijar la extremidad del animal, dejarla en reposo, restringir la actividad física, tomar medicación o, posiblemente, cirugía, fisioterapia y un periodo especial de rehabilitación.
Una fractura de pata puede ser completa o incompleta, cerrada o abierta, única o múltiple. Para tratar las fracturas complejas, la medicina veterinaria moderna utiliza el método de la osteosíntesis, una operación quirúrgica para fijar el hueso dañado con construcciones especiales: placas, rayos, clavos, tornillos. Inmediatamente después de dicha operación, el animal empieza a ponerse de pie sobre la pata. El método conservador -el enyesado- sólo puede aplicarse cuando la cirugía no es posible. En el 90% de los casos, una pata fracturada en perros y gatos se cura muy rápidamente si se prestan los primeros auxilios a tiempo y se elige correctamente el método de tratamiento.

La recuperación de un animal tras una lesión será más rápida si está en reposo durante el periodo de rehabilitación. Hay que prestar más atención y cuidado a las razas activas de perros y gatos para limitar su movilidad y, si es necesario, meterlos en una jaula durante un tiempo. El propietario debe asegurarse de que el animal recibe la medicación y las vitaminas a tiempo. Es aconsejable pasar al rabo a una dieta especial enriquecida con microelementos y minerales, que ayudará a fortalecer los huesos y a restaurar el tejido dañado. Durante este periodo, es especialmente importante controlar la dieta correcta, para garantizar que el peso del animal no aumente y que no haya una carga adicional sobre la pata lesionada, que podría provocar complicaciones en el tratamiento de la extremidad. Se puede sacar al animal a dar paseos cortos entre 14 y 20 días después de la lesión. Una mascota tarda de 3 a 5 semanas en recuperarse totalmente de una pata rota, y pueden pasar hasta seis meses antes de que el animal necesite tratamiento y cuidados.
El amor, los cuidados y la paciencia del propietario acelerarán la recuperación de la mascota y proporcionarán la mejor medicina para el fiel amigo de la familia.

