Barcelona tiene un aspecto limpio y ordenado tras el acicalamiento, sin afectar a la forma natural de la raza. El pelaje es limpio, uniforme, pegado al cuerpo y al pecho, y el tricolor es claramente reconocible. No se ha recortado nada para darle forma, sólo se ha limpiado, se ha eliminado el exceso y se ha refrescado el aspecto. El hocico, las orejas y las patas parecen bien arreglados, pero lo más naturales posible. Éste es exactamente el tipo de perro que no parece de «salón», sino que simplemente está muy bien cuidado.