En los círculos científicos se debate constantemente la cuestión de la influencia del color del pelaje en el carácter de un gato. Incluso cuando parecen llegar a una determinada opinión, más tarde se vuelve a plantear esta cuestión al más alto nivel. En efecto, la genética puede moldear el comportamiento hasta cierto punto, ya que los genes responsables de la coloración a veces están relacionados con otras características del organismo. Por ejemplo, los estudios han demostrado que los gatos tricolores (carey y calicó) tienen a veces un carácter más independiente (como ya escribimos en uno de los artículos sobre la coloración de los gatos), mientras que los gatos negros resultan ser más tranquilos y menos agresivos. Sin embargo, los científicos señalan que no existe una correlación directa entre color y carácter. Influyen mucho más la raza, la herencia de los padres y las condiciones en que crece el gato. En otras palabras, el color puede dar ciertas tendencias, pero nunca determina completamente el carácter.
Desde el punto de vista del propietario medio, el color del pelaje se convierte a menudo en una excusa para estereotipar. Los gatos blancos se perciben como amables y sensibles, los rojos como enérgicos y traviesos, los negros como misteriosos y tranquilos. Esta «clasificación» dice más de la percepción de la gente que de la realidad. El carácter de cada gato está moldeado por su entorno: la atención del dueño, el nivel de cuidados, el juego y la experiencia de la infancia. Si el gato pelirrojo ha crecido en un ambiente cálido, será cariñoso, pero si el gato blanco se ha quedado sin atención, puede volverse retraído y nervioso. Por tanto, es lógico admitir que el color del pelaje no determina el carácter, sino que sólo crea la ilusión de ciertas características que nosotros mismos atribuimos al animal.
Así que podemos decir: la ciencia no encuentra pruebas directas de una relación entre el color del pelaje y el temperamento de un gato, pero la lógica sugiere que el verdadero carácter se forma con amor, cuidados y crianza.