Los gatos británicos son majestuosos, tranquilos y muy esponjosos. Y Luna es exactamente así. En la peluquería, se comporta como la realeza: sin emociones innecesarias, acepta el peinado y el tratamiento delicado del pelo con dignidad.
Cómo trabajar con los británicos: su denso pelaje requiere una limpieza adecuada, un peinado minucioso y un enfoque suave y sin estrés. Cada movimiento es meticuloso y cuidadoso, ya que los gatos son sensibles a la falsedad.
Tras el acicalamiento, Luna se volvió aún más «esponjosa»: brillante, ordenada y contenta.
Y si tu gato británico también merece cuidados VIP, ya sabes a quién acudir.